La temperatura en el Acuario
un factor clave
Mantener una temperatura adecuada y estable es una de las principales condiciones que necesitan todos los peces, plantas e invertebrados de un acuario, incluso aquellos que llamamos “de agua fría”.
A diferencia de nosotros, los organismos que pueblan los acuarios no pueden regular la temperatura de sus cuerpos por sí mismos, quedando a merced de la temperatura del agua donde viven. Los organismos cuyo metabolismo se rige bajo esta condición son denominados “poiquilotermos”. Por otro lado, la temperatura no suele variar bruscamente en sus medios naturales, permitiendo a estos seres vivos adaptarse a los ciclos de temperatura locales.
De tal manera, si mantenemos La temperatura en los acuarios demasiado baja, los organismos desacelerarán su metabolismo pudiendo alcanzar extremos peligrosos para su salud; mientras que, si la elevamos demasiado acelerarán su metabolismo en exceso, pudiendo alcanzar extremos peligrosos para su salud; mientras que, si la elevamos demasiado acelerarán su metabolismo en exceso, pudiendo llegar a colapsarse.
Otro factor ligado a la temperatura en los acuarios es la tasa de oxígeno disuelto en el agua, que descenderá notablemente con un incremento de la temperatura al disminuir su solubilidad, esto naturalmente afecta peligrosamente a los peces y otros seres vivos que, al experimentar una mayor temperatura, necesitarán aún más oxígeno para abastecer su acelerado metabolismo mientras este escasea por su baja solubilidad.
También hay que tener en cuenta que incluso una temperatura ligeramente inadecuada afectará el nivel de grasa en los tejidos, además de una baja tasa de crecimiento y otros síntomas asociados a anomalías en los procesos metabólicos.
La consecuencia más inmediata de la temperatura en los acuarios inapropiada es un aumento notable del estrés, que acaba por poner a prueba el sistema inmunológico de todos los organismos, abriendo la puerta a agentes patógenos.
Es muy frecuente observar todo tipo de parasitosis e infecciones asociadas a un sistema inmunológico débil causado por la temperatura en los acuarios inadecuada, siendo las causadas por protozoarios, como el punto blanco (Ich) las más recurrentes en los peces de agua dulce.
Además, un cambio brusco en la temperatura en los acuarios, ya sea para corregir el problema o de forma involuntaria con un cambio de agua, provocará con toda seguridad un shock térmico en los organismos, tanto si se trata de un incremento como de un descenso en este parámetro. Normalmente se aconseja corregir la temperatura del agua de nuestro acuario en 1°C cada 24-48 horas como máximo.
Estas poderosas razones hacen que los profesionistas recomienden equipar todos los acuarios con un buen termómetro, además de un calentador de buena calidad dotado de un termostato preciso y confiable que nos pueda garantizar una temperatura suficientemente estable en el agua. Muchos profesionistas y aficionados avanzados suelen instalar un segundo calentador de reserva en nuestro acuario para controlar la temperatura de los acuarios.
De este modo se aseguran de mantener la temperatura en los acuarios adecuada en caso de fallar uno de ellos. Al aplicar este buen consejo, no afectaremos el consumo eléctrico de nuestro acuario, ya que el funcionamiento de estos aparatos está gobernado por un termostato automático.
Controlar la temperatura en los acuarios con cierta garantía es relativamente sencillo y accesible. Sin embargo, cuando llega la temporada estival el calor entra en nuestros hogares afectando negativamente a la temperatura del agua. Además de los problemas antes mencionados, los aficionados a los acuarios de arrecife y a los acuarios plantados experimentan la propagación de diversas plagas de algas.
Esto se debe a que los corales y las plantas inhiben su crecimiento bajo condiciones de estrés ambiental. Esta situación provoca un desbalance en los nutrientes disponibles, que las algas aprovechan de manera oportunista para propagarse descontroladamente.
En estos casos será necesario bajar la temperatura en los acuarios para restablecer un balance. A la hora de enfriar el agua tenemos de dos opciones, instalar un enfriador externo o colocar ventiladores de superficie.
Este sistema consiste en un pequeño ventilador con motor de corriente continua que genera un flujo de aire sobre la superficie del agua poniendo en movimiento sus moléculas. Esta lámina de aire logra vencer la cohesión molecular del agua con su efecto de arrastre provocando un notable incremento en la evaporación.
Este proceso de transición de fase líquido/gas en la superficie consume calor para producirse, por eso lo denominamos como reacción endotérmica. Por esa razón cuanta más evaporación experimenta el agua, más temperatura pierde y más desciende su temperatura.
Aunque esta reacción tiene límites físicos y factores condicionantes, es común observar descensos de la temperatura en los acuarios de hasta 4°C usando dispositivos de ventilación de flujo inducido bien diseñados; tanto es así que los modelos más eficientes y avanzados cuentan con un termostato automático.
Los factores que más influyen sobre la evaporación, además del caudal de aire, son la temperatura y la presión atmosférica. Cuanto más alta es la temperatura del aire más vapor de agua puede contener y, a mayor temperatura del agua, mayor facilidad para la evaporación; mientras que cuanto más baja es la presión, más se favorece la evaporación.
Por lo tanto, la eficiencia de nuestro ventilador aumentará junto con la temperatura y las presiones bajas, haciendo este sistema más eficiente cuando las condiciones son supuestamente más adversas. Este sistema ahorra mucha energía eléctrica y simplifica la labor de refrigerar el agua en los meses más calurosos.
Funciona eficientemente tanto en acuarios de agua dulce como salada, ahorrando más de un 500% de energía eléctrica en comparación con los enfriadores accionados mediante compresor de gas refrigerante, aunque su limitante es un bajo gradiente de temperatura agua/aire, que rara vez superará los 4°C para controlar la temperatura en los acuarios.
Este sistema es el más eficaz de los dos si lo usamos de forma adecuada. Para disminuir la temperatura en los acuarios un enfriador extrae su calor para disiparlo posteriormente al exterior del aparato mediante un ventilador.
Su principio de funcionamiento está basado en una sencilla reacción física que afecta a todos los gases en mayor o menor medida: cuando desciende la presión de un gas, este se expande y desprende su temperatura (nuevamente estamos ante la misma reacción endotérmica).
En otras palabras, al descomprimirse los gases se enfrían. De este modo, un enfriador moderno posee un circuito de un gas ecológico (R-134a) dotado con propiedades específicas para esta función. El primer paso es comprimir el gas en un depósito para después expandirlo y enviarlo ya frío a un evaporador; un tubo de titanio con forma espiral, donde entra en contacto con el agua en una cámara de intercambio calórico.
En esta cámara se absorbe calor del agua y en consecuencia baja su temperatura. Al desarrollar este proceso, el gas refrigerante se evapora y lo toma el compresor donde se le eleva la presión y la temperatura, para luego eliminar el calor absorbido del agua en el condensador (radiador) el calor absorbido al agua. Es por ello que los enfriadores emiten aire caliente proveniente de las calorías de agua del acuario, que pasa por el enfriador en circuito cerrado.
Sin embargo, el rendimiento de este aparato dependerá de la relación entre del volumen de agua a enfriar, la temperatura ambiental y La temperatura en los acuarios requerida. Por ejemplo: si tenemos una temperatura de 28°C y deseamos obtener 24°C, tenemos una diferencia de temperatura de 4°C. A este intervalo lo llamamos gradiente de temperatura.
Cuanto mayor sea este gradiente, más energía necesitamos para obtener el punto de temperatura deseado para controlar la temperatura en los acuarios. Con lo cual, ocuparemos más potencia o más tiempo para lograr nuestro objetivo. Obviamente, el tiempo y la energía requerida aumenta proporcionalmente al volumen de agua que deseamos enfriar.
Normalmente la capacidad de la potencia de refrigeración se lleva a cabo por debajo de 32˚C de temperatura ambiente y 28˚C de temperatura del agua. Usar temperaturas de ambirente superiores suele generar la fatiga del gas refrigerante y una disminución en el rendimiento energético a la hora de controlar la temperatura en los acuarios.
Es importante destacar que el área circundante de un enfriador de agua debe permanecer bien ventilada. De no ser así, su ventilador calentará rápidamente este aire y no logrará realizar el intercambio de calor deseado.
A la hora de controlar la temperatura en los acuarios, ambos métodos de enfriamiento presentan sus ventajas e inconvenientes. La diferencia de precio es el factor más notable. Mientras que un ventilador tiene un precio comparable al de un calentador para acuarios, un enfriador para ese mismo acuario cuesta 20 veces más.
Además, un ventilador puede colocarse muy fácilmente fijándolo en el marco superior, pero no funcionará correctamente en acuarios con tapa. Desde el punto de vista del consumo eléctrico y la eficiencia energética la ventaja es también muy grande, ya que un solo ventilador de 4w puede cubrir un acuario de hasta 120 litros.
Si el acuario es mayor podemos instalar más unidades en paralelo gracias a su precio asequible y su bajo consumo. Sin embargo, como desventaja de los ventiladores podemos señalar que la evaporación necesaria exige un relleno del acuario cada dos ó tres días, de ser posible con agua muy blanda o de osmosis inversa si no queremos alterar la dureza y la conductividad de nuestro acuario.
Por otro lado, cuando la temperatura ambiente excede los 4°C con respecto a las necesidades de nuestro acuario, los ventiladores son definitivamente insuficientes, haciendo necesario instalar un enfriador que tome el control de la temperatura en los acuarios. Definitivamente los enfriadores logran una mayor estabilidad de temperatura con un alcance frigorífico mucho mayor.
El método de congelar botellas de agua y dejarlas flotando en un acuario o depósito en principio parece una idea ingeniosa para intentar controlar la temperatura en los acuarios, pero en realidad estamos ante una fuente de enfermedades o la muerte de muchos organismos por el shock térmico que podemos producir sin darnos cuenta. Para llevar a cabo este método sin riesgos tendríamos que permanecer prácticamente todo el día y la noche pendientes del acuario y su termómetro.
Lo cierto es que el sistema de las bolsas de hielo ofrece demasiados riesgos y muy pocas o más bien ninguna ventaja para controlar la temperatura en los acuarios.
Los ventiladores son bastante eficientes energéticamente hablando, pero por desgracia, ofrecen un rendimiento muy limitado. Debido a su principio de funcionamiento, aunque instalemos más ventiladores no lograremos controlar un gradiente mayor a 4°C. En países con climatología templada o tropical los ventiladores resultan eficientes únicamente durante muy cortos plazos de tiempo, mientras que, en los países con climas más fríos, estos aparatos son adecuados durante los dos a tres meses de la época estival.
Los ventiladores resultan atractivos para controlar la temperatura en los acuarios por su bajo precio, pero para un aficionado que vive en un país templado o cálido, es posible que su única opción funcional sea usar un enfriador automático, ya que usar ventiladores de superficie sería ineficiente e insuficiente.
Los enfriadores automáticos en cambio, pueden llegar a ofrecernos gradientes de temperatura muy superiores, obtener mucho antes La temperatura en los acuarios deseada y entregar una estabilidad térmica casi perfecta. En ese sentido los enfriadores son significativamente mejores que los ventiladores. Aunque su instalación es más complicada, instalar un enfriador rara vez nos llevará más de 30 minutos.
Por otro lado, cada vez se fabrican unidades energéticamente más eficientes y más silenciosas. Como única desventaja podríamos destacar su precio elevado, pero compensado con creces por su desempeño y funcionalidad, siendo esta la única limitante que presentan los enfriadores.
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